lunes, 21 de abril de 2014

La amistad entre China y Cuba sigue gozando de una excelente salud

Presidente cubano recibe a ministro chino de Exteriores


LA HABANA, 20 de abril (Xinhua) -- El presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Raúl Castro, recibió este domingo en el Palacio de la Revolución de esta capital al ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi.

El mandatario cubano afirmó que su país y China gozan de una profunda amistad tradicional y un alto grado de confianza política mutua.

Cuba, que se encuentra en una fase clave de la causa de la construcción socialista, está dispuesta a intensificar el intercambio de experiencias con China respecto al desarrollo nacional, promover la cooperación bilateral pragmática en los diversos terrenos y elevar al más alto nivel los vínculos bilaterales, destacó.

Por su parte, el jefe de la diplomacia china apuntó que China y Cuba son buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos, lo que significa una valiosa riqueza para ambos países.

China está lista para continuar profundizando la amistad tradicional chino-cubana, intensificar las visitas de alto nivel entre los dos países, y lograr que las relaciones políticas bilaterales de alto nivel brinden mayores frutos beneficiosos para ambas partes, indicó.

Wang manifestó que las dos partes deben intensificar el intercambio de experiencias sobre la gobernanza de sus respectivos países y apoyar firmemente el camino de desarrollo adoptado por el otro en conformidad con sus características nacionales.

El canciller chino reconoció además confiar en que Cuba continuará desempeñando un papel positivo y constructivo en la promoción de las relaciones entre China y América Latina, que ya están listas para emprender una mayor cooperación.

También el domingo, el líder cubano Fidel Castro recibió al ministro chino de Relaciones Exteriores, quien además celebró conversaciones oficiales con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez.

Wang realiza una gira por varios países latinoamericanos, que incluirá también visitas a Venezuela, Argentina y Brasil.



Cuba es un socio confiable, afirma canciller chino

 Granma - 20/04/2014

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, recibió este domingo a su homólogo de la República Popular China, Wang Yi

En China vemos a Cuba como un socio confiable, por eso ratificamos la voluntad de nuestro Gobierno de continuar reforzando la cooperación estratégica bilateral, manifestó este domingo el ministro de Relaciones Exteriores de la nación asiática, Wang Yi.

El canciller chino ponderó las actuales relaciones entre nuestros países, haciendo alusión a un viejo proverbio que dice que la íntima amistad siempre borra la lejanía física. Aunque es mi primera estancia en la isla —dijo— he podido apreciar su belleza natural y el dinamismo que existe actualmente en Cuba.

Mi visita responde a los periódicos intercambios inter-cancillerías que existen entre ambas naciones, así como al objetivo de preparar la visita que realizará este año a Cuba el presidente chino, Xi Jinping, añadió.

Po otra parte, Wang Yi reiteró el deseo de China de continuar apoyando la lucha por los derechos soberanos de Cuba en los foros multilaterales, así como el proceso de actualización socioeconómica que lidera el Partido Comunista.

El dirigente chino fue recibido este domingo por el miembro del Buró Político del Partido y ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, quien se refirió a los tradicionales lazos de amistad que unen a nuestros países.

Entre Cuba y China existen profundas coincidencias en tópicos de la agenda internacional, una provechosa cooperación en múltiples sectores y un constante intercambio de experiencias en la construcción de un socialismo próspero, enfatizó.

Asimismo, las relaciones entre el gigante asiático y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) avanzan a muy buen ritmo, agregó.

Wang Yi llegó a Cuba el sábado junto a una delegación que lo acompaña en su gira por varios países de la región. Según su agenda de trabajo, tras partir de La Habana visitará Venezuela, Argentina y Brasil.

Este domingo, el canciller chino tiene previsto realizar un recorrido por el Centro Histórico de la capital cubana, así como otras actividades de interés político y económico.

domingo, 20 de abril de 2014

Beijing, indignado con Washington por sus comentarios sobre la política regional china


Russia Today

China está molesta con EE.UU. por su postura acerca de la política regional china. Así lo declaró el vicepresidente de la Comisión Militar Central del país asiático al secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel.

La declaración de Fan Changlong hace referencia a las recientes declaraciones de Hagel sobre la Zona de Identificación de Defensa Aérea que China estableció en el Mar Oriental de China que, según dijo Hagel, aumenta la tensión en la zona.

"Puedo decirle francamente que sus declaraciones realizadas en la reunión de ministros de Defensa de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA) y ante los políticos japoneses fueron duras, y con una actitud muy clara. El pueblo chino, yo incluido, está descontento con esas declaraciones", dijo Fan a Hagel en presencia de los medios.

La semana pasada Hagel tuvo una serie de conversaciones con los ministros de Defensa de la ANSA en Hawái, en las que también habló sobre la creciente preocupación de su país por las disputas territoriales en el Mar Meridional de China, en particular, las islas Diaoyu (Senkaku), gobernadas por Japón pero reclamadas por China. EE.UU. ha dicho en varias ocasiones que no asume ninguna postura acerca de las islas Diaoyu, pero el secretario ha apoyado públicamente la demanda de Japón, cita a Fan la agencia china Xinhua.

martes, 15 de abril de 2014

Wang Yi: China no permite interferencia en asuntos internos bajo pretexto de derechos humanos

BEIJING, 14 abr (Xinhua) -- El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, subrayó hoy lunes que el país tiene la voluntad de intercambiar opiniones con otros países sobre los derechos humanos pero no permitirá la interferencia externa en sus asuntos internos con el pretexto de los derechos humanos.

Al participar en una conferencia de prensa junto a su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier, quien está de visita en China, Wang señaló que China concede gran importancia a la protección de los derechos humanos.

La gente sin prejuicios verá el progreso significativo que ha logrado China en este terreno, aseguró Wang.

China tiene la voluntad de intercambiar opiniones sobre los derechos humanos con Alemania basándose en la igualdad y el respeto mutuo, señaló Wang, y destacó que el país no permitirá interferencias externas en sus asuntos internos.

Los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos chinos están garantizados por la constitución y las leyes, indicó Wang, y apuntó que China se adhiere al principio de la igualdad ante la ley.

Los que se dediquen a actividades ilegales, no importa su posición o creencia, serán castigados conforme a la ley, añadió.

Por su parte, la portavoz de la cancillería china, Hua Chunying, urgió a EEUU a dejar de utilizar los llamados derechos humanos como excusa para intervenir en los asuntos internos de China.

Durante la rueda de prensa diaria de la cancillería, Hua dijo que está justificado llevar a Xu Zhiyong, ciudadano chino que violó la ley china, ante la justicia.

El Departamento de Estado estadounidense dijo el pasado viernes que EEUU "está profundamente decepcionado" después de que un tribunal chino de apelación haya mantenido la sentencia de prisión de cuatro años de duración a Xu, y pidió al lado chino que lo libere inmediatamente.

Hua urgió a la parte estadounidense a que dejara de hacer declaraciones irresponsables sobre los casos judiciales pertinentes y dejase de quebrantar la soberanía e independencia judiciales de China.

China es un país gobernado por la ley, agregó la vocera, subrayando que ningún país extranjero tiene el derecho de intervenir en una sentencia judicial china.

lunes, 14 de abril de 2014

Brasil y China eliminan dólar estadounidense de sus comercios

Dos de los gigantes económicos del mundo, Brasil y China, decidieron el martes deshacerse del dólar estadounidense y comercializar con otra divisa a fin de asegurar sus intercambios de las fluctuaciones de la moneda estadounidense.

El canje de divisas 'antidólar', con un valor de 30 mil millones de dólares anuales y formulado para un periodo de tres años, fue firmado por representantes de ambos países, al margen de la cumbre del grupo BRICS (formado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), celebrada en la ciudad sudafricana de Durban.

El ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega, ha anunciado que ofrecerá un acuerdo similar a presidentes de los otros Estados miembros del organismo.

Al adoptar esta medida, el grupo BRICS se acerca a convertirse en un sólido bloque político, económico y militar a nivel mundial, rivalizando, así, con los intereses del país norteamericano.

Recientemente, muchos actores en el comercio internacional y diferentes actividades económicas han aumentado su interés de independizarse del dólar; la República Islámica de Irán y países latinoamericanos, como Brasil, Venezuela y Argentina son algunos ejemplos de ese caso.

Fuente: http://www.hispantv.es/detail/2013/03/27/218574/brasil-china-eliminan-dolar-estadounidense-comercios

domingo, 13 de abril de 2014

[Hao Shiyuan] China no abandonará la política de autonomía de las nacionalidades minoritarias

Entrevista publicada en la web del Observatorio de la Política China el pasado 27 de noviembre de 2013.

Hao Shiyuan, miembro de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y especialista ampliamente reconocido en China y en el exterior en materia de nacionalidades minoritarias, fue hasta hace poco director del Instituto de Etnología y Antropología de la CASS, formando parte del Presidium de esta última. Con él hemos hablado de la situación general de esta problemática en China. Hao es autor de algunas obras de referencia en este campo, incluyendo el titulo How the Communist Party of China Manages the Ethno-national issues: an evolving topic, en vías de publicación.

1. ¿Cuáles son las políticas generales acerca del problema de las nacionalidades minoritarias en China?
De acuerdo con la Constitución de China, en el marco de un estado unificado, se practica el sistema de autonomía regional de las nacionalidades minoritarias en las regiones donde estas habitan formando una aglomeración. Es uno de los sistemas fundamentales de China, contemplado y asegurado en la "Ley de la República Popular de China sobre la Autonomía de las Regiones de las Nacionalidades Minoritarias", que constituye a su vez el apoyo institucional y la base legal en materia de política del gobierno chino hacia las nacionalidades minoritarias. Este sistema se caracteriza por preconizar la garantía de la igualdad política, el desarrollo económico, la prosperidad cultural y la armonía social, en el seno del cual se contemplan esencialmente contenidos favorables a los intereses de las minorías nacionales y preferenciales en cuanto al desarrollo de sus regiones.

2. ¿Qué fases pueden distinguirse en su evolución desde 1949 a hoy día?


Después del establecimiento de la República Popular China, tras la experiencia de creación de la Región Autónoma de Mongolia Interior en 1947, se estableció el sistema de autonomía regional de las minorías nacionales en toda China en las regiones donde las minorías nacionales vivían agrupadas. El requisito previo para su aplicación consistió en identificar el sujeto que debe ejercer esta autonomía, es decir, las minorías nacionales. Fue por esta razón que se realizó un trabajo de identificación de las nacionalidades minoritarias (historia, sociedad, lengua, literatura) a escala de todo el territorio. Tras más de veinte años de investigación, se identificaron 55 nacionalidades minoritarias. Durante esta investigación, circunscripciones diferenciadas y niveles administrativos de las minorías nacionales dieron paso sucesivamente a regiones autónomas (5), prefecturas autónomas (30), distritos autónomos (120), y pueblos autónomos. El período de la creación del Estado (1949) hasta 1957 se considera como la " época dorada " de la formación y desarrollo de las políticas en materia de nacionalidades, ya que todas las instituciones y las políticas fundamentales se establecieron en ese período.

En 1958, surgió en China el “Gran Salto Adelante” en el ámbito del desarrollo socioeconómico, que resultó del error de abordar los problemas sociales (incluyendo los de las nacionalidades minoritarias) de manera radical y ciega. En consecuencia, la política sobre las nacionalidades minoritarias experimentó un golpe severo. La orientación de situar los problemas de las nacionalidades en el marco de la lucha de clases se reforzó en el curso de “los diez años de disturbios” (la Revolución Cultural) iniciada en 1966, y las políticas en materia de nacionalidades minoritarias fueron casi abandonadas o suprimidas.

Después de la reforma y apertura de China en 1978, el trabajo sobre las nacionalidades pudo restablecerse. Se retomó entonces la aplicación de las políticas sobre minorías nacionales, las nacionalidades se reconciliaron y las relaciones entre ellas mejoraron. La fórmula "igualdad, solidaridad, ayuda mutua de todas las nacionalidades" se convirtió en la nueva concepción dominante en toda la sociedad en materia de relaciones entre las nacionalidades. Durante la construcción de la sociedad armoniosa, esta fórmula se renovó, añadiendo "armonía" (igualdad, solidaridad, apoyo, armonía).

La política de reforma y apertura al exterior de China consideró primeramente el este de China como el punto más importante y prioritario, después procedería abordar el Oeste, en una estrategia en “dos etapas”. El rápido desarrollo de las zonas costeras en el Este prestó grandes servicios al aumento del poder nacional general, sin embargo, la brecha entre el Oeste y el Este se ensanchó más y en términos de desarrollo socio-económico alimentó el deseo de desarrollar las regiones del Oeste, especialmente por parte de las minorías nacionales. En 2000, el epicentro del desarrollo socio-económico de China se transfirió hacia el Oeste. Es lo que llamamos "el desarrollo de las regiones del Oeste”. Estas regiones constituyen un concepto geoeconómico: reúne a las nacionalidades minoritarias más grandes, casi todas las comunidades autónomas  se encuentran en el Oeste, donde se encuentran principalmente los lindes fronterizos del continente chino.

A partir del año 2005, durante la aplicación de la estrategia de "desarrollo de las regiones del Oeste", el desarrollo económico, cultural y social de las nacionalidades minoritarias se incorporó en el Plan Quinquenal del Estado y políticas como "impulsar las zonas fronterizas y enriquecer a sus habitantes", " apoyar a las minorías nacionales con una población muy pequeña ", etc, se han aplicado igualmente.

Las regiones autonomas de las nacionalidades minoritarias de China representan el 64% del total de la superficie territorial del país. Las nacionalides minoritarias con una muy pequeña población son 28 y su población no sobrepasa la cifra de 300.000 personas.

3. ¿Existen especificidades en atención a la singularidad de algunas nacionalidades?

Hay una marcada diferencia entre las nacionalidades minoritarias en cuanto a su distribución geográfica, sus influencias históricas, sus culturas, sus creencias religiosas, sus estilos de vida, sus poblaciones, etc. Por ello, el gobierno chino subraya la necesidad de aplicar de acuerdo a las realidades de cada región y de cada nacionalidad, las políticas más adecuadas, incluyendo el apoyo financiero, la protección cultural, la producción de objetos especiales de uso cotidiano, etc.

4. ¿Qué estrategias y características fundamentales reviste la política económica en relación a las nacionalidades minoritarias?

Desde el año 2000, la estrategia de desarrollo de las regiones del Oeste que implica una transferencia del epicentro de desarrollo socio-económico de China es una estrategia general sobre cuya base se aplican las políticas de "dinamizar las regiones fronterizas y enriquecer a sus habitantes" y de "apoyar a las minorías nacionales con una población muy pequeña", reforzando así la política nacional de apoyo hacia el Oeste, incluyendo transferencias de capital intelectual, programas, tecnologías, etc.

Al mismo tiempo, se creó la Conferencia Central sobre los asuntos del Tíbet a partir de los años 80, y la Conferencia Central sobre los asuntos de Xinjiang en el año 2010, dos dispositivos destinados a estas dos regiones autónomas, que tienen por objeto acelerar el desarrollo socio-económico y garantizar un largo período de orden y estabilidad. Además, desde 2008, el Estado ha indicado al resto de comunidades autónomas y provincias que cuentan con múltiples nacionalidades minoritarias las directrices acerca de la intensificación del desarrollo socio-económico. Estas indicaciones contienen un alcance más político.

5. ¿Y en el orden religioso?

China practica la libertad de creencia religiosa administrando, según la ley, los asuntos religiosos. Entre la población de las nacionalidades minoritarias, las de creencia musulmana son las más numerosas, los que practican el budismo tibetano están en segunda posición, y quienes profesan la religión cristiana y protestante en tercer lugar. Existen muchas mezquitas y lamaserías. Entre quienes forman parte de los cleros religiosos, los monjes del budismo tibetano son los más numerosos y algunas sectas creen en la reencarnación de Buda.

El Estado garantiza las actividades religiosas normales, invierte grandes sumas de dinero en los templos para su mantenimiento. Los del budismo tibetano están mayoritariamente inscritos en la lista de protección de vestigios y monumentos del Estado. Los gobiernos locales promueve igualmente la mejora incesante de las condiciones de la vida cotidiana, desde carreteras, electricidad, agua, etc. Los monjes también se benefician de los derechos sociales, y se inscriben en el seguro médico y social para garantizar la prestación de asistencia religiosa y satisfacer las necesidades de la población creyente.

El gobierno chino preconiza el amor de los creyentes hacia su Estado y su religión, tomando parte activa en la adaptación de las religiones a la sociedad socialista y proponiendo formación a los monjes para que puedan desempeñar fielmente su misión en el respeto a la ley, prestar servicios a la población creyente y a la sociedad y favorecer la comprensión de los libros sagrados a traves de la educación religiosa.

El gobierno chino se opone a la unión de poder y religión, a la intervención de la religión en los asuntos políticos, a la ingerencia exterior en la práctica religiosa, a las sectas ilegales, a las palabras y conductas religiosas extremistas, e insiste en el principio de autonomía, autoorganización y autoprédica.

Los asuntos religiosos suponen también desafíos ya que existen fuerzas exteriores que se infiltran en China para manipular la religión. En primer lugar, existe todavía quienes defienden la tradición de unir poder y religión (Dalai Lama); en segundo lugar, el extremismo religioso proveniente de Asia Central y del sudeste asiático asi como sus sectas que ejercen todavía influencia en Xinjiang; tercero, los proselitistas ilegales cristianos y protestantes.

En materia de estudios y teorías religiosas, la gestión de los asuntos religiosos, sobre todo en lo que concierne a los templos y monjes, hay todavía muchos problemas por estudiar.

6. ¿Y en el orden cultural, educativo, lingüístico, medios de comunicación?

Las culturas de las nacionalidades minoritarias, a la vez diversas y bien diferenciadas, son parte importante de la diversidad cultural de China y constituyen unos valiosos recursos para la construcción cultural del país. El gobierno chino concede gran importancia a la protección, desarrollo y prosperidad cultural de las nacionalidades minoritarias. Las culturas de las nacionalidades minoritarias representan una gran proporción en la lista de bienes protegidos por el patrimonio cultural intangible de China. En el curso de la elaboración de las estrategias de desarrollo cultural regional en las regiones autónomas y en las provincias donde habitan múltiples minorías, se establecen políticas orientadas a la protección, a la preservación y al desarrollo de las nacionalidades minoritarias locales, incluyendo la valorización cultural, ecológica y sobre la explotación del turismo étnico. La construcción de museos de cultura e historia de las nacionalidades en cada uno de los escalones administrativos es una de las medidas políticas que se promueven.

Los recursos linguísticos de las nacionalidades minoritarias chinas son muy ricos, es decir, nada menos que 130 lenguas, pero entre ellas, la mayoría no tienen escritura, y la mayor parte de estas últimas se encuentran en una situación peligrosa a causa de la pequeña población que las utilizan y sus ámbitos de uso son muy limitados. Por contra, algunas nacionalidades minoritarias conservan hasta nuestros días su propia escritura tradicional, por ejemplo, los mongoles, tibetanos, uigures, kazakos, coreanos, etc. Sus escrituras son moneda corriente en todo el país pues su uso y desarrollo están garantizados por la ley e incorporadas al sistema educativo.

En China, la educación bilingue es la principal vía para vulgarizar la lengua franca (el mandarín) y proteger las lenguas de las minorías. En el sistema educativo propio de las nacionalidades minoritarias representado por la Universidad Central Minzu, se forman los talentos de las nacionalidades minoritarias en todos los dominios, y los alumnos provenientes de las nacionalidades minoritarias representan una parte más o menos importante. Asi acontece también en el caso de las escuelas superiores de las regiones autónomas.

Los apoyos a la lengua de las nacionalides minoritarias incluyen libros, periódicos, radio, televisión, películas (dobladas), internet, sin olvidar aplicaciones para el móvil. Todos estos instrumentos han contado con el apoyo financiero especial del gobierno.

Por lo tanto, desde un punto de vista general, en lo que concierne a su desarrollo, su protección y su legado, las culturas de las nacionalidades minoritarias afrontan todavía desafios lanzados no solo por la modernidad, también por la tradición, pues el impacto de la cultura moderna es manifiesto, y la influencia de la mercantilización, amplia. La competitividad de las lenguas de las nacionalidades minoritarias se muestra frágil en el contexto del mercado nacional y en movimientos de transformación social como la urbanización, que promueve el desplazamiento de la gente.

7. Existen cupos de representatividad de las nacionalidades minoritarias, ¿en qué ámbitos?

En la ley electoral de la Asamblea Popular Nacional (APN) y en las asambleas populares locales de la RPCh se contempla un cierto número de representantes de las nacionalidades minoritarias; también en el congreso nacional del PCCh, en los congresos locales del PCCh, las conferencias consultivas, tanto a nivel central como local.

8. ¿Existe algún debate actual sobre la política general en esta materia?

La politica general consiste en asegurar que con independencia del número de su población, la proporción de los representantes de las nacionalidades minoritarias supere a la proporción entre su población respecto a la población total, y asegurar el estatuto de representación de las nacionalidades minoritarias en el seno de la APN. A mi entender, no existe cuestionamento en este sentido.

9. ¿Qué causas principales argumentan los opositores a la política china en materia de nacionalidades?

Después de la desintegración de la Unión Soviética, en China y en el extranjero, creció el interés por las políticas chinas en esta materia. Algunos investigadores chinos consideraron que nuestras políticas procedían de la URSS, y ese punto de vista provocó cierta preocupación porque allí habían fracasado. Investigadores occidentales estiman que el nacionalismo de las nacionalidades no-rusas de la URSS acabó con el comunismo, y China, que perseguía la vía socialista, redundaría en el mismo fracaso.

A comienzos del siglo XXI, China asiste a un desarrollo socio-económico rápido y sostenible, a un aumento continuo de su influencia y a una elevación de su estatus internacional, lo que fortalece en general la confianza en el “modelo chino”. Sin embargo, el “incidente del 14 de marzo” de Lhasa en 2008, “el incidente del 5 de julio” de Urumqi en 2009, llamaron la atención sobre las políticas económicas preferenciales aplicadas en las regiones del Oeste, y, sobre todo, respecto a las ayudas nacionales y la inversión permanente en Tibet. La percepción más general fue de desconcierto ante las violencias y los disturbios cuando aumentaban estas inversiones. Algunos especialistas y cuadros del gobierno investigan las causas en las políticas sobre las nacionalidades minoritarias, lo cual vino a reforzar la idea de que las políticas en esta materia procedían del modelo soviético. De ahí se derivaron una serie de opiniones en torno a la necesidad de “despolitizar” los asuntos de las nacionalidades minoritarias e incluso de “rechazar el reconocimiento de la identidad de las nacionalidades minoritarias”, etc. Este tipo de opiniones expresan una psicología desequilibrada causada por la gran brecha de distribución de la renta en el curso del desarrollo socioeconómico y por políticas económicas regionales parciales en relacion a las regiones occidentales. Son igualmente puestas en causa las políticas preferenciales de nacionalidades minoritarias en escolarización, inserción profesional, planificación familiar, etc. Por esta razón, estas opiniones –derogar las políticas de nacionalidades minoritarias, anular las autonomías– fueron populares y mostraron cierta influencia durante un cierto tiempo. Poniendo en cuestión las políticas chinas en esta materia, estos especialistas y cuadros del gobierno recomendaban enérgicamente la adopción de políticas de asimilación como las aplicadas en EEUU, Brasil o India.

El problema de las nacionalidades minoritarias, que se caracteriza por su cronicidad y complejidad, es dificil de resolver tanto en China como en el resto del mundo. El establecimiento de un sistema y la elaboración de una política no pueden producir resultados de forma inmediata. La concretización de las aspiraciones de igualdad de las nacionalidades y de las personas es un largo camino que debemos hacer, y demanda un desarrollo nacional global, incluido socioeconómico, cultural y educativo, y la eliminación progresiva de los elementos de desequilibrio entre regiones y entre nacionalidades. Esta es la razón por la cual el PCCh y el gobierno declaran desde hace mucho tiempo que es preciso “sostener el sistema de autonomía de las regiones de las nacionalidades minoritarias y mejorarlo”. Este principio hará valer la superioridad de este sistema y de estas políticas en circunstancias en que un tal sistema podría beneficiar de manera permanente los resultados del desarrollo socioeconómico. Arreglar de manera radical los problemas sociales caracterizados por la cronicidad, o de manera simple asuntos caracterizados por la complejidad, no solo dará lugar a resultados incoherentes con las intenciones, sino que dejarán graves secuelas. La lección soviética apunta también a este tipo de problemas.

Durante el XVIII Congreso del PCCh se formuló con mayor precisión este principio: concretizar al completo y correctamente las políticas del Partido en materia de nacionalidades minoritarias. Esta nueva formulación es muy importante. Constituye igualmente una manera fundamental de observar los problemas actuales de las nacionalidades minoritarias de China, lo que indica determinar si el problema reside en la concepción de este sistema y la orientación de las políticas, o bien en una concrección y aplicación incompletas, incluso incorrectas. Exagerar sus implicaciones internacionales o exteriores no oculta los defectos del trabajo en estos asuntos, lo cual resulta en una pérdida de confianza en este sistema y en estas políticas. El sistema de autonomía de las regiones de nacionalidades minoritarias no es el federalista de la URSS. El fracaso soviético en los asuntos de las nacionalidades no significa el fracaso del marxismo-leninismo, ni del socialismo. Son consecuencias producto de las derivaciones soviéticas de los principios fundamentales del marxismo-leninismo y del socialismo, y de un retorno al viejo imperio ruso. El nacionalismo de la Gran Rusia en el interior estimuló naturalmente el chauvinismo hacia el exterior.

Para mejorar el sistema de autonomía de las regiones de nacionalidades minoritarias de China, la cuestión estriba en elaborar los estatutos de las cinco regiones autónomas que no solo constituyen el signo de una mejora sino que se inscriben en el marco de la reforma del sistema político.

10. ¿Que órganos deciden la política en este asunto en el PCCh?

En el PCCh, el departamento del Frente Unido del Comité Central del PCCh, que tiene proyección igualmente en las regiones, provincias y ciudades, es el encargado de los asuntos de las nacionalidades minoritarias y de los religiosos.

11. ¿Qué órganos deciden la política en este asunto en el gobierno?

En el gobierno, hay un Comité del Estado para los asuntos de las nacionalidades minoritarias que pertenece al Consejo de Estado; igualmente, comités locales para los asuntos de las nacionalidades minoritarias. Además, hay un Comité del Estado para los Asuntos Religiosos y un comité para los asuntos religiosos y para los de las nacionalidades minoritarias.

12. ¿Qué órganos deciden la política en este asunto en las asambleas populares?

El Comité para los asuntos de las nacionalidades minoritarias, uno de los comités especiales de la APN. En las asambleas populares locales, existen igualmente comités para los asuntos de las nacionalidades minoritarias.

13. ¿Qué órganos influyen la política en este asunto en el mundo académico?

Existen dos tipos de instituciones: las de investigación creadas por ministerios concernientes (institutos, centros de investigación), como el departamento para las políticas de las nacionalidades minoritarias (Centro de investigación para los problemas de las nacionalidades minoritarias) perteneciente al Comité del Estado para los Asuntos de las nacionalidades minoritarias, los institutos para las nacionalidades minoritarias pertenecentes a los comités locales para los asuntos de las nacionalidades minoritarias, etc., todos estos institutos y centros de investigación participan en las actividades del mundo académico.

En el seno de la CASS, el Instituto de Etnología y Antropología, el Instituto de Literatura de las Nacionalidades Minoritarias, el Centro de Investigación de la Historia y la Geografia de las Fronteras, el Instituto de las Religiones del Mundo, etc, desempeñan un papel académico y consultivo a diferentes niveles en materia de políticas sobre las nacionalidades minoritarias; además, el Centro de Investigación de la Tibetología es muy competente en asuntos tibetanos. En fin, los institutos para las nacionalidades minoritarias, los colegios y las disciplinas en la materia creadas por las academias locales de ciencias sociales o por las universidades forman parte también de la red de investigación sobre las políticas en esta materia.

Beijing, 13 de septiembre de 2013

sábado, 12 de abril de 2014

[Liu Lihua] Una mayor apertura para una industria china más fuerte

 
Avión A320 en proceso de ensamblaje en la instalación de ensamblaje final de Airbus en Tianjin, 7 de septiembre de 2010

Este artículo, publicado en octubre de 2013 en la página web de la revista Qiushi (órgano de expresión del Comité Central del PCCh), fue escrito por el camarada Liu Lihua, Viceministro de Industria e Información Tecnológica de la República Popular de China. En él, Liu Lihua nos da algunas de las claves que, siempre bajo el punto de vista de la dirigencia china, explican el reciente giro hacia una mayor apertura de la economía china decidido en la III sesión plenaria del Comité Central del PCCh. Lo traduje pensando que era importante que fueran los propios dirigentes chinos quienes tuvieran la oportunidad de explicarnos el porqué de las últimas decisiones del PCCh.

La ampliación de la apertura representa una importante fuerza motriz en los esfuerzos de China por elevar la calidad y la eficiencia de su desarrollo económico. Después de un periodo de esfuerzos incesantes, la industria China puede enorgullecerse de tener su propia ventaja competitiva, impulsándose la transición de China de nación industrial destacada a nacional industrial dirigente. Para conseguir nuestro objetivo de convertirnos en nación industrial dirigente, debemos promover de manera resuelta el desarrollo, la reforma y la innovación a través de la apertura, transformar y actualizar plenamente nuestra industria, y mejorar la calidad y la eficiencia de nuestro desarrollo industrial.

I. Un nuevo punto de partida para el desarrollo abierto de la industria de China

Desde el comienzo de la política de reforma y apertura hace 35 años, el compromiso de China con la apertura, como política estatal de base, ha permitido un salto adelante histórico de su desarrollo industrial. Hoy, China puede enorgullecerse de tener un sistema industrial moderno y plenamente integrado, que incluye todos los sectores industriales incluidos en el International Standard Industrial Classification (ISIC) de Naciones Unidas. En lo esencial, esta infraestructura industrial es capaz de satisfacer las necesidades económicas y sociales de China.

La industria manufacturera de China es la más grande del mundo. Nuestro país es el primer productor mundial de alrededor de 220 de los 500 principales productos industriales, mientras que su producción de acero, cemento, ordenadores, aires acondicionados y televisores en color equivale a cerca de la mitad de la producción mundial. Los datos indican que la producción manufacturera de China representó el 19.8% de toda la producción manufacturera mundial en el año 2010. Además, la combinación de costes laborales relativamente bajos, un equipo completo de industrias y una excelente infraestructura han otorgado a China ventajas únicas en el desarrollo de la industria, permitiendo un incremento constante de la competitividad de su sector manufacturero. Según un informe publicado por la Organización para el Desarrollo Industrial de Naciones Unidas (UNIDO), el índice de Competitividad Industrial de China ha subido del 31º puesto en el año 2000 al 5º en 2010.

Con el rápido desarrollo de su industria, la economía de China ha conseguido integrarse en la economía mundial. En 2012, la exportación de mercancías de China alcanzó el 11.2% de la producción mundial, haciendo de ella el primer exportador del mundo, siendo su producción industrial el 95% de estas exportaciones. En el mismo año, la importación de mercancías de China se mantuvo en el 9.8% del total mundial, haciendo de ella el segundo mayor importador del mundo. China ha atraído más inversiones extranjeras que cualquier país en vías de desarrollo durante 21 años consecutivos, habiendo llegado al 7% la parte que China ocupa en la inversión extranjera mundial. Además, con los esfuerzos acelerados de las empresas chinas para “ir hacia afuera”, las inversiones directas extranjeras no-financieras de China han alcanzado los 77.2 billones de dólares, y ya han surgido una par de corporaciones multinacionales.

El rápido crecimiento de China como nación industrial destacada se ha producido al calor de la constante profundización del país en la política de apertura. Pese a ello, las grandes envergaduras pero con poca fuerza, así como la falta de competitividad, están siendo cada vez más un problema para la industria china. Las principales ventajas del sector manufacturero de China son su gran mercado y sus factores de producción relativamente baratos. Sin embargo, estas ventajas, ligadas a los bajos costes, están principalmente asociadas a industrias, productos y procesos de producción que van de la pequeña a la mediana dimensión. Actualmente, la economía abierta de China aún se caracteriza por un modelo de desarrollo extensivo: la industria de transformación* de China representa el 42.1% de las exportaciones chinas, y la mayoría de las empresas carecen de tecnología punta y de marcas independientes, lo que supone que sus productos sean de bajo valor añadido y reporten beneficios muy exiguos. Durante mucho tiempo, China se ha apoyado en los bajos costes para ocupar mercados internacionales. Sin embargo, esto no le ha permitido tener mucha autoridad a China en el comercio internacional, especialmente en lo que respecta a los precios. Como resultado de ello, la mayoría de los beneficios han ido a las empresas extranjeras. Además, la relativamente inadecuada capacidad de las empresas chinas para operar en el terreno internacional y para proteger sus legítimos derechos e intereses, utilizando el derecho internacional, aumenta el riesgo de la política de “ir hacia afuera”.

Por lo tanto, China necesita encontrar un momento oportuno para reajustar las estrategias y las prioridades de la política de apertura. Dada la falta de capital y de tecnología que China ha tenido en los primeros años de la política de reforma y apertura, era correcto que en aquella época China pusiera el énfasis en la apertura, incrementando sus exportaciones y utilizando el capital extranjero. Pero la situación ahora es diferente: China se ha convertido en el mayor propietario de divisas extranjeras; 73 empresas chinas están en el ranking de las 500 mayores empresas; y ha surgido un excedente estructural en el sector manufacturero del país. Esto significa que China ha entrado en una nueva fase en la que se debe poner énfasis tanto en la estrategia de “traer hacia dentro” como en la de “ir hacia afuera”. Por lo tanto, además de optimizar su estructura de mercado y hacer más efectiva la utilización de los capitales extranjeros, China debe acelerar su estrategia de “ir hacia afuera” y participar activamente en la gobernanza económica mundial.

II. Nuevas condiciones en el desarrollo abierto de la industria china


En lo esencial, el proceso de promoción de la modernización económica y social es un proceso de promoción de la industrialización. Por lo tanto, es fundamental que tengamos una comprensión exacta de las nuevas oportunidades y los nuevos desafíos a los que se enfrenta el desarrollo industrial de china. Sobre la base de esta comprensión, debemos incrementar, ampliar y profundizar nuestros esfuerzos para promover la apertura de nuestra industria hacia el mundo exterior, y esforzarnos por hacer nuevos progresos en lo que respecta a la fortaleza global y la competitividad de la industria China.

Desde el punto de vista internacional, la profundización de la globalización económica está causando profundos cambios en la cadena industrial mundial. En primer lugar, se han producido profundos reajustes en la división internacional del trabajo. Muchos países desarrollados han lanzado estrategias para reindustrializarse y traer de nuevo las manufacturas a casa. Haciendo uso de sus ventajas financieras y técnicas, estos países se han apresurado en controlar la parte final de la cadena industrial de creación de valor, mientras que las economías emergentes han incrementado su participación en las industrias donde gozan de ventajas comparativas. En estas circunstancias, la industria de China se enfrenta a la tesitura de verse asfixiada por los países desarrollados y las economías emergentes. Pero esta situación también le ha dado a China la oportunidad de mejorar su posición en la división internacional del trabajo haciendo uso de la innovación y de los factores de producción existentes en el mundo. En segundo lugar, la competición por los mercados se está volviendo cada vez más feroz. La economía mundial se ha mantenido estancada desde el estallido de la crisis financiera internacional. Con cambios perceptibles en la demanda mercantil, la furia internacional por los mercados se ha vuelto cada vez más feroz, y han vuelto a aparecer todo tipo de proteccionismos. Como resultado de ello, China se ha visto confrontada con crecientes fricciones comerciales y con un número creciente de disputas comerciales. En el año 2012, China tuvo que enfrentarse a 77 investigaciones sobre medidas correctivas comerciales que implicaban un cifra total de 27.7 billones de dólares, lo que supuso un crecimiento del 11.6% y del 369.5% respectivamente, con respecto al año anterior. En tercer lugar, la reforma de la innovación científica y tecnológica está permitiendo nuevos descubrimientos. Desde el comienzo de siglo, se han alcanzado niveles sin precedentes de innovación en la ciencia y la tecnología, la industria, y los modelos de gestión empresarial, demostrándose que una nueva revolución industrial está en el horizonte. En gran medida, la posición de China en la economía mundial estará determinada en función de si podrá o no aprovechar una nueva fase de desarrollo, que se caracterizará por la integración de las tecnologías y las redes de la información y la tecnología manufacturera puntera, y por lo tanto mantener una ventaja competitiva en la competición científica, tecnológica e industrial.

En cuanto al terreno nacional, los cambios profundos en las condiciones externas e internas del desarrollo industrial de China han hecho de la transformación industrial una tarea extremadamente urgente. Durante un periodo considerable de tiempo, el modelo extensivo de China se ha caracterizado por un consumo excesivo de recursos energéticos y por serios problemas de contaminación ambiental. En este momento, los recursos ambientales y energéticos de China ya no son capaces de mantener este crecimiento extensivo, caracterizado por elevados gastos de producción, un elevado consumo y la contaminación. Por otra parte, el debilitamiento de las ventajas tradicionales de China ha subrayado la urgente necesidad de crear nuevas ventajas competitivas. En los años recientes, los costes laborales se han incrementado drásticamente, y los precios de factores de producción como la tierra y el petróleo también han seguido aumentando, minando gradualmente la tradicional ventaja que tenía China con los bajos costes. Por lo tanto, la única oportunidad que tiene China de convertirse en una nación industrial dirigente es adoptar un nuevo enfoque de la industrialización. Para mejorar nuestra competitividad internacional, debemos implementar rápidamente una estrategia de desarrollo basada en la innovación, darle mayor importancia al mejoramiento de las cualidades inherentes de nuestro desarrollo industrial, esforzarnos en fomentar y crear nuevas ventajas competitivas, y facilitar la transición dinámica y ordenada de nuestras ventajas competitivas.

La globalización económica y la integración acelerada de China en la economía mundial son tendencias irreversibles. En este contexto, la única manera de que China pueda obtener nuevas ventajas competitivas en la competición global es ir al mismo ritmo que las tendencias del desarrollo económico mundial y participar plenamente en la competición mundial y la división industrial del trabajo. La historia nos ha demostrado que un enfoque a puerta cerrada del desarrollo sólo conducirá a un callejón sin salida. Desde una perspectiva a largo plazo, China necesitará adoptar una estrategia de apertura más proactiva si quiere fomentar nuevas ventajas competitivas en la competición industrial. Para ello, debemos trabajar para integrar aún más nuestra industria en el sistema económico mundial, promover la transformación y la actualización de nuestras industrias mediante una mayor apertura, y esforzarnos en mejorar la capacidad de nuestras empresas a la hora de optimizar la asignación de recursos a una escala global, curtiéndolas por tanto en la feroz competición internacional.

III. Promover la transformación y la actualización de nuestras industrias a través de una política de apertura

Con vistas a promover la transformación de China de nación industrial destacada a nación industrial dirigente, tenemos que seguir abriéndonos hacia niveles superiores, planificar la transformación y la actualización de la industria nacional en el contexto mundial de cambios industriales, y hacer un mejor uso de los recursos y los mercados, tanto de los internos como de los extranjeros.

1. Tenemos que mejor la competitividad de las industrias. Siguiendo con la atracción de inversiones, tecnología y personal altamente cualificado desde el extranjero, debemos animar a las corporaciones internacionales a que establezcan centros de I+D y a que incrementen la I+D en China, animando activamente al personal técnico para que establezca empresas o emprenda investigaciones científicas en China, y a que pongan a trabajar los cerebros extranjeros, para promover la transición del “made in China” al “created in China”. Además, debemos animar a las empresas chinas a que se comprometan con una cooperación avanzada con corporaciones multinacionales en la cadena mundial de creación de valor, asimilando activamente los conceptos avanzados; aprendiendo de las experiencias de empresas extranjeras en lo que respecta la gestión de calidad, la creación de marcas, la comercialización y el marketing; y promoviendo las innovaciones en tecnología, calidad y gestión en el seno de las empresas chinas, con vistas a establecer nuevas ventajas basadas en la tecnología, la creación de marcas, la calidad y los servicios.

2. Tenemos que tener en cuenta la división internacional del trabajo cuando hagamos planes para la industria nacional. Aprovechando la oportunidad que nos presentan los cambios profundos en el panorama económico mundial, debemos animar a las empresas competitivas y a las industrias emergentes estratégicas a que participen activamente en la competición y la cooperación internacional, con vistas a acelerar su integración en los segmentos más elevados de la cadena de creación de valor. También debemos esforzarnos en promover la transformación y la actualización de industrias tradicionales. Por ejemplo, debemos animar a nuestra industria de transformación a expandirse desde la fase de procesamiento y ensamblaje hasta la I+D, el diseño y la fabricación de componentes de base, con vistas a incrementar el valor añadido de la industria manufacturera china. Además de promover la participación de las regiones costeras del este en la competición internacional a un nivel más avanzado, también tenemos que darle importancia al establecimiento de mecanismos para coordinar la relocalización industrial entre regiones, y animar a las industrias en las regiones costeras del este a relocalizarse hacia las regiones del centro y del oeste de una manera ordenada. Por encima de todo, tenemos que adoptar medidas razonables para orientar la inversión extranjera hacia las regiones del centro y del oeste. Mejorando la capacidad de estas regiones a la hora de utilizar las inversiones extranjeras, podremos permitirles gozar más de los frutos del desarrollo abierto.

3. Tenemos que acelerar el ritmo de nuestra estrategia de “ir hacia afuera”. Tenemos que animar a las empresas a invertir y establecer factorías en otras regiones donde los mercados y los recursos sean disponibles, y guiar a las empresas técnicamente maduras como la industria ligera, la textil y la de electrodomésticos, las industrias de procesamiento preliminar de segmentos de acero y de metales no ferrosos, la industria petroquímica, y las industrias con excesos de producción para que relocalicen de manera ordenada. Al mismo tiempo, también debemos animar a las grandes empresas con una fuerte posición financiera a que creen instituciones de I+D, instalaciones de producción y redes de distribución en países extranjeros, a través de fusiones y adquisiciones transnacionales e inversiones pioneras. A través de la integración de los recursos y de las cadenas de creación de valor, estas compañías serán capaces de facilitar a las empresas pertinentes, río arriba y río abajo, el poder salir hacia el extranjero como parte de la misma cadena industrial.

4. Tenemos que fortalecer la cooperación internacional diversificada. Al mismo tiempo que trabajamos para proporcionar una base sólida sobre la que las empresas china puedan expandir sus mercados, tenemos que participar activamente en la gobernanza económica mundial; poner en aplicación el papel del gobierno y de las asociaciones comerciales; participar activamente en el diseño y la formulación de reglas económicas y comerciales internacionales; y trabajar para establecer y conservar un mecanismo multilateral de mercado que sea equilibrado, recíprocamente ventajoso y enfocado hacia el desarrollo. También tenemos que establecer firmemente la noción del beneficio mutuo. Para hacerlo, debemos promover la cooperación bilateral y multilateral entre gobiernos; esforzarnos para fortalecer la cooperación y los intercambios industriales bilaterales y multilaterales, en virtud de mecanismos de cooperación como el Tratado de Libre Comercio China-ASEAN, la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS), la APEC y el Foro para la Cooperación China-África; y ampliar los mercados para que nuestros productos industriales y nuestras empresas puedan ir hacia el extranjero. Por encima de todo, tenemos que fortalecer la cooperación con los países limítrofes en el desarrollo de las infraestructuras, promover el desarrollo de zonas de cooperación económica transfronterizas, expandir nuestra cooperación industrial y económica, y forjar lazos con los países vecinos.

5. Tenemos que crear un entorno para el desarrollo abierto. Sobre la base de la estrategia a largo plazo para el desarrollo abierto, tenemos que fortalecer la coordinación entre los departamentos pertinentes y coordinar mejor las políticas comerciales e industriales. También tenemos que instar a las empresas chinas que operan en el extranjero a que cumplan con las leyes y las regulaciones locales, le den importancia a la protección de los recursos y la protección medioambiental en los países anfitriones, y a que cumplan activamente con sus responsabilidades sociales. Por encima de todo, tenemos que mejorar los mecanismos que facilitan la cooperación y las inversiones multilaterales y bilaterales; apoyar el desarrollo de organizaciones intermediarias como bancos de inversión, gabinetes de abogados, sociedades contables y agencias de evaluación; y mejorar nuestros esfuerzos para recoger, evaluar y publicar información específica de cada país en materia de política, economía y seguridad, de manera a proveer todo tipo de servicios a las empresas chinas en sus esfuerzos por ir hacia el extranjero. Con la mejora de los mecanismos de seguridad de las fusiones y las adquisiciones que impliquen inversores extranjeros, de las medidas correctivos en lo que respecta a las importaciones, y de los mecanismos de alerta temprana para evitar daños industriales, tenemos que mejorar nuestra capacidad de responder a las fricciones comerciales e implementar medidas de corrección del mercado. Esto nos permitirá salvaguardar los intereses nacionales de China y sus derechos e intereses en materia de desarrollo industrial de manera más efectiva.

*La industria de transformación es la actividad que consiste en importar parte o la totalidad de las materias primas y auxiliares, las partes, componentes, accesorios y material de embalaje desde el extranjero  y re-exportar los productos terminados tras el procesamiento o el ensamblaje por empresas dentro del país.

Fuente: http://english.qstheory.cn/economics/201311/t20131113_290379.htm

lunes, 7 de abril de 2014

En defensa del pueblo chino. Respuesta a Elisseos Vagenas (1ª parte)

1. Introducción

El 3 de abril del año 2011, el Partido Comunista de Grecia (KKE) publicaba en su página web un discutible artículo del responsable de su sección de Relaciones Internacionales, Elisseos Vagenas, titulado “El papel internacional de China”. En este artículo, Vagenas hacía un “análisis” de la naturaleza política y económica de la República Popular de China y de su papel en las relaciones internacionales. Este artículo pasaría posteriormente a formar parte de la famosa publicación “Colección sobre temas actuales del movimiento comunista”, disponible en la web del KKE, y que goza de cierto renombre en algunos sectores del movimiento comunista de nuestro país. Aunque, por lo que veremos después analizando más detalladamente el artículo del camarada Vagenas, podemos afirmar que, en algunos casos, la valoración que se suele hacer de esta obra del KKE guarda cierta desproporción en relación al contenido que encierra.

El artículo del camarada Vagenas, muy crítico con China, nos indica que la dirección del KKE aún sigue presa de las viejas concepciones soviéticas sobre China, heredadas de la época de la crisis del movimiento comunista internacional en los años 50-60 del siglo pasado, que se saldó con la ruptura entre el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y el Partido Comunista de China (PCCh). Por decirlo con otras palabras, la dirección del KKE demuestra no haber roto aún, en esencia, con las concepciones anti-chinas propias de los Jruschov y Brézhnev, cosa que contradice aparentemente el carácter de partido marxista-leninista, libre de desviaciones ideológicas, que tanto reivindica.

No obstante, se ha de reconocer que, si el KKE goza de cierto prestigio en algunos sectores del movimiento comunista de nuestro país (y de cierta capacidad de mando sobre ciertos comunistas con principios volubles), tampoco lo ha conseguido sin méritos por su parte. Al césar lo que es del césar. Tras la victoria de la contrarrevolución en el este de Europa y en la Unión Soviética, el KKE se mantuvo fiel a sus principios ideológicos y al socialismo, negándose a renunciar a su carácter de partido marxista-leninista. Fue el promotor a partir de 1998 de los Encuentros de Partidos Comunistas y Obreros (EIPCO), que se celebran cada año. Mediante la elaboración de materiales teóricos, el KKE ha contribuido al esclarecimiento de las causas de la contrarrevolución en la Unión Soviética (fueron particularmente valiosas sus aportaciones sobre el revisionismo en materia de economía, en especial en sus “Tesis sobre el Socialismo” para su XVII Congreso), así como en el desenmascaramiento de la Unión Europea como superestructura política al servicio de los monopolios europeos. En su país, el KKE ha tenido un papel trascendental en el movimiento obrero para contrarrestar la estrategia de división sindical del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) y otras fuerzas socialdemócratas, con la creación en 1999 del Frente Militante de los Trabajadores (PAME), que hoy tiene una considerable capacidad de movilización en el movimiento obrero griego.

Sin embargo, en algunos otros aspectos, y en especial aquellos que guardan relación con la división del movimiento comunista internacional a partir de los años 60 (y con el necesario balance de las distintas experiencias de construcción socialista habidas en el siglo XX), se puede observar, a través del artículo de Elisseos Vagenas, que la dirección del KKE aún se aferra a los viejos clichés y dogmas emanados de la dirección revisionista del PCUS que acabó restableciendo el capitalismo en la Unión Soviética. De allí que el camarada Vagenas patine completamente a la hora de hacer un análisis científico de China. En su artículo, nos relata una especie de “cuento de terror” en el que, como suele ocurrir con los metafísicos, sólo se hablan horrores de China, de supuestos crímenes y pecados que atribuye al PCCh tanto en el pasado como en el presente, y de lo insatisfactorio que resulta el socialismo chino para él. Un modelo socialista que, sustituyendo la ciencia por la religión, contrapone de forma maniquea a la construcción del socialismo en la Unión Soviética, como si ambas experiencias, la soviética y la china, fueran una y otra expresiones del “bien” y del “mal”. Prueba de ello es que, en todo su artículo, el camarada Vagenas es incapaz de decir una sola cosa positiva que se haya derivado de la revolución china de 1949. ¿Es ésta una forma de analizar propia de marxistas?

Paradójicamente, el camarada Vagenas afirma al principio de su artículo, con mucha razón, que “una de las lecciones que hemos sacado de la contrarrevolución en la Unión Soviética es que los comunistas no deberían dejarse llevar plenamente por lo que decía el PCUS”. Con estas palabras, el camarada Vagenas insinúa que tampoco deberíamos “dejarnos llevar” por lo que diga el PCCh. Sin embargo, no se tiene constancia de que, una vez falleciera Mao Zedong y fuera ungido al poder Deng Xiaoping, exista una organización comunista de cierta relevancia que sea ejemplo de ello, es decir, que sea en la actualidad un “partido altavoz” del PCCh, como lo era el KKE en la segunda mitad del siglo XX cuando se “dejaba llevar” por el revisionismo soviético. Los partidos comunistas “oficiales” de tradición pro-soviética que acuden al EIPCO no han tenido, en su inmensa mayoría, lazos de hermandad con la República Popular China, si exceptuamos el caso excepcional del Partido del Trabajo de Bélgica (uno de los pocos partidos de inspiración “maoísta” que no rompió relaciones con China tras la llegada al poder de Deng), u otros casos como el del Partido Comunista de España, que durante su etapa eurocomunista tejió lazos de hermandad con el PCCh por una serie de circunstancias históricas (principalmente por la política de alianzas del PCCh durante su etapa de confrontación acérrima con la Unión Soviética). Pero, por regla general, si exceptuamos ciertas organizaciones provenientes del eurocomunismo, parece ser que la mayor parte de los partidos que asisten al EIPCO comparten en mayor o menor medida las críticas de la dirección del KKE contra China.

Por otra parte, los partidos hoxhistas (también presentes en Grecia), odian todo lo que huela a China o maoísmo,[1] fruto de su seguidismo ciego de los bandazos que dio en su día Enver Hoxha, que partiendo de la simpatía por el “pensamiento de Mao Zedong” acabó en el anti-maoísmo más extremo.[2] En cuanto a los maoístas nostálgicos de la Revolución Cultural, que no son precisamente partidarios de la China actual, (por mucho que el camarada Vagenas trate burdamente de meter todo lo “pro-chino” en un mismo saco), si no están prácticamente desaparecidos en la mayoría de países (salvo excepciones), son los que más odian a la nueva China que ha despegado con Deng. De hecho, se puede afirmar que los partidos comunistas que, reconociendo el papel positivo desempeñado por Mao Zedong en el pasado, al mismo tiempo defienden en mayor o menor medida el socialismo en China actual son una rara avis. En este sentido, las raras excepciones son, por ejemplo, el mismo PTB o el PC de Gran Bretaña (marxista-leninista) liderado por el camarada Harpal Brar.[3]

¿Quiénes son, por lo tanto, los que supuestamente se dejan llevar por los supuestos “cantos de sirena” emanados de Beijing? No hay motivos aparentes para creer que exista ese “peligro” en el seno del movimiento comunista internacional. Probablemente, el camarada Vagenas no entiende que, si bien el KKE y otros partidos de corte “pro-soviético”[4] siguieron ciegamente la política de los Jruschov y los Brézhnev, ello no implica necesariamente que todos los demás partidos comunistas tengan que funcionar igual. Cree el ladrón que todos son de su condición.

También es posible que el camarada Vagenas se refiera a fuerzas políticas no-proletarias, con cierta influencia sobre los trabajadores en Europa, a las que la dirección del KKE califica de oportunistas y reformistas. Por ejemplo, en nuestro país tenemos al PCE, que es una fuerza política que mantiene buenas relaciones con el PCCh y que se muestra entusiasta con el desarrollo económico de China[5] (actitud del PCE que sin duda celebro, aunque con matices). Pero aún siendo así, si el camarada Vagenas comienza su artículo afirmando que “los comunistas no deberían dejarse llevar plenamente por lo que decía el PCUS”, de allí se infiere que se dirige al movimiento comunista más genuino, es decir, el que tiene (al menos en lo formal) al marxismo-leninismo como principio rector. Y como ya he dicho, son más bien pocos los partidos comunistas, de la corriente o tradición que sea, que hagan una valoración positiva de China en la actualidad. Si acaso, puede que algún partido comunista en un país del llamado “tercer mundo” que tenga relaciones comerciales ventajosas con China, pero aún así sería escaso su número. Por lo tanto, no se puede considerar que haya existido en los últimos años una “peligrosa tendencia” a que proliferen las opiniones favorables a China en el seno del movimiento comunista “clásico”. El camarada Vagenas debería decir abiertamente quiénes son los que se “dejan llevar” por lo que supuestamente dice el PCCh.

Finalmente, si bien es cierto que los partidos comunistas “no deberían dejarse llevar” por lo que digan otros partidos comunistas en el poder, entonces, ¿por qué el camarada Vagenas repite en su artículo los viejos clichés y prejuicios anti-chinos divulgados en su día por los Jruschov y los Brézhnev?

En este artículo trataré de refutar algunas acusaciones que el camarada Vagenas hace en su artículo contra China y contra el PCCh, acusaciones a veces gravísimas que en última instancia solamente benefician al imperialismo. Esta iniciativa me parece necesaria, máxime cuando en el artículo del camarada Vagenas se pueden leer barbaridades como que “China es miembro de la ONU desde su fundación” (sic) difíciles de creer por parte de un cuadro de un partido comunista que pretende ser serio. Más chocante aún es que nadie hasta ahora se había molestado en escribir una mínima crítica ante tales meteduras de pata. Muy al contrario, algunos de los admiradores del KKE, desde el fanatismo, o simplemente desde una ignorancia descomunal, jalean a sus dirigentes por sus ataques a China, sin haberse molestado en leer otros análisis más desapasionados y menos unilaterales, o sin haber hecho el esfuerzo de documentarse sobre la historia de China y del PCCh.

Evidentemente, muchos podrán preguntarse: ¿por qué ahora este artículo, transcurridos ya más de 3 años desde la publicación del artículo de Elisseos Vagenas? La respuesta es que, en los últimos años me he dado cuenta de la importancia de defender a la República Popular de China, país que está transformando las condiciones de vida de una quinta parte de la humanidad, y que está jugando un papel de importancia histórica en las relaciones diplomáticas y comerciales con los países del llamado “tercer mundo”. Luego, está el deber ineludible para todo comunista de defender el socialismo, o si algunos lo prefieren, lo que queda de socialismo en China. Un deber al que no se puede faltar por medio de coartadas baratas, y al que han faltado muchos “comunistas” en Occidente, bien sea por dogmatismo, ignorancia, cobardía, o simplemente porque durante muchos años han estado recluidos en sus casas sin saber qué hacer después de la desaparición de la Unión Soviética – antes de reiniciar su actividad política, en los años recientes, con una fraseología ahora ultra-revolucionaria.

Muchos de estos “pro-soviéticos”, que en el pasado defendieron con vehemencia el revisionismo soviético y la perestroika, ahora juegan a la “revolución” desde la aventajada posición que les otorga su estatus de miembros de la aristocracia obrera y la pequeña burguesía (desgraciadamente la intelectualidad marxista-leninista en España está copada por estos elementos sociales). Y hoy atacan con fiereza a China, aparentemente por no haber seguido el mismo camino que la Unión Soviética, o al menos mantienen una postura de falsa equidistancia entre China y el imperialismo. En este artículo veremos los motivos históricos que explican este tipo de posicionamiento. De momento, me limitaré decir que tras esta pantalla “ultra-revolucionaria”, que condena a China por no tener un socialismo tan puro como quisieran ellos, realmente se esconde el hecho de que durante los años 90 este tipo de dogmático-oportunistas no fueron capaces de soportar la enorme presión anticomunista que los regímenes burgueses ejercieron sobre ellos. Y es que tratar de comprender y después defender a un país socialista tan complejo como China, no es cosa fácil. Por eso es comprensible que para algunos haya sido mucho más fácil desertar del campo de batalla ideológico y optar por lo fácil, que es unirse al campo enemigo en lo discursivo.

Otro motivo para la redacción de este artículo es que durante mi breve vida militante pude darme cuenta de la gran influencia que ejerce el KKE sobre muchos comunistas en España.[6] Cosa que se debe, al menos en parte, a una excesiva admiración por las elaboraciones teóricas del KKE, siendo éste el caso del artículo del camarada Vagenas. Ciertamente, el KKE ha escrito materiales brillantes sobre ciertas cuestiones (como ya dije, las causas de la derrota del socialismo en la Unión Soviética, por citar un ejemplo). Pero con la creencia de que las posiciones políticas de la dirección del KKE no son siempre correctas, y habiéndome dado cuenta de cuál era la valoración general sobre China en el seno de la izquierda en general (es decir, no solamente en el seno del movimiento comunista, sino también en sectores del eurocomunismo, del trotskismo y otros movimientos políticos y sociales), decidí emprender la escritura de este artículo, con el objetivo de refutar una serie de prejuicios que imperan en el seno de la izquierda sobre China, así como las calumnias que el camarada Vagenas escribe en su artículo. No se puede dejar que los comunistas, en especial los más jóvenes, que son la semilla del futuro, estén abandonados a su suerte para que las ideas equivocadas campen a sus anchas, sin que uno al menos responda de forma contundente para poner las cosas en su sitio.

Pero, aún así, muchos podrán preguntarse, ¿por qué ahora, después de tres años? El motivo es que, sencillamente, antes la escritura de este artículo no era una prioridad. Y además, por una cuestión de “disciplina militante”, no era posible emprender este tipo de iniciativas. Ahora que me veo libre de ataduras, puedo por fin acometer una tarea que hace años no era prioritaria pero ahora considero oportuna, para defender a China de los ataques infundados de la que es objeto. Ataques que no solamente provienen de los sectores “pro-soviéticos” (KKE y partidos afines), sino también desde otras corrientes, como los propios maoístas a quienes la dirección del KKE tanto pretende oponerse, los hoxhistas y los trotskistas. Curiosamente, todos éstos coinciden en la crítica a China, con lo que se produce una especie de maridaje aparentemente difícil de explicar, pero que es del todo lógico, si uno tiene en cuenta que todas estas corrientes tienen un denominador común, que es la concepción dogmático-revisionista del marxismo-leninismo. Por ello, las conclusiones que sacan hoxhistas, maoístas y jruschovistas-brezhnevianos en relación a China no se diferencian en nada de las de los trotskistas.

Puede leerse el documento entero pinchando aquí.


[1] Esto se puede comprobar en el apartado “Algunas cuestiones sobre China” del Informe al Pleno del Comité Central del PCE (m-l), Febrero de 2011 http://www.pceml.info/2012/02/14/informe-aprobado-por-el-pleno-del-comite-central-del-pce-m-l-extractos/

[2] En su Informe al VII Congreso del Partido del Trabajo de Albania (PTA) celebrado en 1976, Enver Hoxha afirmaba: “Las victorias históricas que el pueblo chino ha alcanzado en su gloriosa revolución y en la edificación del socialismo, la creación de la nueva China Popular y el elevado prestigio del que goza en el mundo están directamente ligados al nombre, a las enseñanzas y a la dirección del gran revolucionario que fue el camarada Mao Zedong. La obra de este eminente marxista-leninista representa una contribución al enriquecimiento de la teoría y de la práctica revolucionaria del proletariado”. Cinco años más tarde, en el VIII Congreso del PTA, en 1981, Hoxha sostenía en cambio que: “El revisionismo chino es una corriente oportunista en el movimiento comunista mundial, y el pensamiento-Mao Zedong,… es su fundamento, una ideología de rasgos arcaicos […] una ideología hegemonista que tiende a la dominación mundial… La teoría por la que se guiaba la nueva China no era el marxismo-leninismo. […] bajo el hábito de la ‘revolución’ se escondía la contrarrevolución,… bajo el hábito del pensamiento-Mao Zedong se escondía el antimarxismo, se escondía una corriente del revisionismo moderno… El alcance de la lucha del Partido del Trabajo de Albania reside en que ha derribado dos mitos, el de China como un país en el que se construía el socialismo, y el del pensamiento-Mao Zedong como marxismo-leninismo de nuestra época.”


[4] Vaya por delante que cuando en este artículo empleo la palabra “pro-soviético” en cierto tono peyorativo, no estoy condenando el hecho de simpatizar con la Unión Soviética o defender el socialismo en ese mismo país, que sin duda había que defender incluso hasta la total liquidación del socialismo en los años 89-91. Con este término, sólo me refiero a cierta concepción esclerótica del marxismo-leninismo de algunos sectores del movimiento comunista que en el pasado siguieron la línea revisionista y anti-china de los Jruschov y los Brézhnev. Sectores que, aparte de heredar la concepción del mundo de los revisionistas soviéticos, niegan por completo toda la experiencia de la Revolución China, y aún a día de hoy justifican ciertas políticas y tesis ideológicas del PCUS que en mi opinión están reñidas con el marxismo-leninismo.


[6] En este sentido, llama particularmente la atención el hecho de que, en diciembre de 2012, coincidiendo con la celebración del XVIII Congreso del PCCh, el artículo del camarada Vagenas se volvía a publicar en la web tercerainformacion, afín a las juventudes del PCE.

domingo, 6 de abril de 2014

Frente a los europeos, Xi Jinping defiende el régimen de partido único

En el último día de su visita a Europa, Xi Jinping defendió el régimen político chino. Su argumento: los chinos han probado varios regímenes políticos, pero todos estos intentos han fracasado.

"China no puede copiar a los demás países, ni su régimen político ni su modelo de desarrollo. Las consecuencias serían catastróficas." El discurso de Xi Jinping en el Colegio de Europa, en Brujas (Bélgica), ha sido reproducido en su integralidad por la agencia oficial Xinhua y ha sido difundido sin modificaciones y sin comentarios en casi todas las páginas web de información chinas.

Con esta declaración, Xi Jinping parece responder, un año después de su llegada al poder, a la pregunta que todo el mundo se hace en China sobre la voluntad de ir hacia la reforma política.

El mensaje que ha querido enviar a los europeos también es claro: "Los chinos tienen su propio sistema de valores. Se trata de una mirada diferente sobre el mundo, la sociedad y la vida", recalcó Xi.

Para defender la legitimidad del régimen comunista, hace referencia a los regímenes efímeros que se han ido sucediendo desde el fin del imperio Qing a la República Popular (entre 1911 y 1949). "China ha experimentado la monarquía constitucional y la restauración, el régimen parlamentario y el multipartidismo, incluyendo el régimen presidencia, pero esto nunca funcionó. Esto es el motivo por el que, finalmente, fue elegida la vía socialista."

Fuente: http://www.courrierinternational.com/article/2014/04/02/face-aux-europeens-xi-jinping-defend-le-regime-a-parti-unique

miércoles, 2 de abril de 2014

Reformas económicas, ¿buenas para los chinos o para Occidente?


Curioseando por la red, me percaté de la existencia de este artículo, completamente desapercibido por mí, publicado en Rebelión el pasado 14 de diciembre de 2013, del analista belga Marc Vandepitte sobre la últimas reformas  aprobadas en la III Sesión Plenaria del Comité Central del PCCh. En vista de que tenía intención de publicar pronto materiales chinos sobre las reformas económicas, lo publico a continuación por su interés y su claridad. Añadir que me he permitido hacer algunas correcciones de la deficiente traducción efectuada por Susana Merino para Rebelión.

Entre el 12 de noviembre y el 12 de diciembre de 2013, los dirigentes chinos se reunieron en oportunidad del tercera sesión plenaria del Partido Comunista chino. Las expectativas eran importantes. ¿Pero cuál fue la conclusión? ¿Se involucrará aún más China en la economía de mercado? ¿Se cerrará la brecha entre los habitantes urbanos y los campesinos?

Hace unos diez días, los altos dirigentes del Partido Comunista chino se reunían para analizar el estado del país. Se trataba del Tercer Plenario del Comité Central del Partido Comunista chino. El tercer plenario es tradicionalmente muy importante porque en él se establecen las visiones a largo plazo para la economía. En 1978 el tercer plenario fue el trampolín de las radicales reformas que tuvieron lugar bajo el mandato de Deng Xiaoping. El tercer plenario de 1993 consagró “la economía de mercado socialista” y abrió la puerta a una importante ola de reformas que, entre otras cosas, conducirían a la adhesión a la Organización Mundial del Comercio.

Agendas diferentes

Las expectativas eran particularmente elevadas, particularmente del lado de los comentaristas occidentales. China domina actualmente el crecimiento económico mundial de manera sobresaliente. En estos últimos cinco años, se le atribuyen el 50% del crecimiento mundial. Esto es importante. Pero para sacar mayor provecho de ese prometedor mercado, la economía china debe abrirse. Lo que quiere decir menos Estado y más mercado. La lista de expectativas occidentales es conocida: privatizar tantas empresas públicas como sea posible, poner fin a las ventajas de las empresas públicas existentes, menos restricciones para las inversiones extranjeras, liberalizar las tasas de interés y de cambio, convertir el yuan en moneda libremente cambiable, deshacerse del sistema hukou (ver más abajo). No es por lo tanto sorprendente que los comentaristas occidentales hayan proyectado anticipadamente sus deseos sobre este plenario.

También para los chinos, las reformas son más que necesarias, pero por otras razones. Durante estos últimos veinte años, el modelo económico chino estuvo basado en la producción para la exportación, en un crecimiento extensivo (aumentar la producción incrementando la cantidad de obreros), en importantes inversiones y un débil consumo. Este modelo ha funcionado particularmente bien. Desde 1990 el PIB se ha multiplicado por ocho.

¿Hacia reformas profundas?

Todo el mundo esperaba por tanto el comunicado final. Los observadores conocedores de China saben que no hay que esperar decisiones o cambios radicales de orientación de este tipo de documentos. Son documentos tradicionalmente vagos que traducen las prioridades de la élite política, y es responsabilidad de los dirigentes intermedios traducir concretamente esas líneas generales de conducta.

Además, el comunicado en cuestión envía señales contradictorias, y puede interpretarse por tanto de muchas maneras diferentes. Sin embargo, el texto sugiere que se prevén cambios importantes. Notablemente, la instauración de dos comités bajo la autoridad directa del partido.

El primero supervisará la puesta en marcha de las reformas económicas. El segundo tendrá el ojo puesto en la seguridad nacional del país, un poco como el consejo de seguridad nacional de los Estados Unidos. Estos comités reforzaran sin duda el poder del presidente Xi Jinping y dejan entrever reformas más radicales que las de la última década.

El comunicado final contiene recomendaciones acerca de muchos terrenos, demasiados para enumerarlos todos. Pero dos temas saltan a la vista: la relación mercado/intervención estatal y el sistema hukou. Nos detendremos aquí en estos dos puntos.

1. Mercado vs. Estado

El documento defiende la ampliación del papel del mercado. Ahora es calificado de “decisivo” mientras que antes se le atribuía un “papel de base” El comunicado plantea que “es necesario tender hacia la resolución de los obstáculos al mercado” Es necesario avanzar más rápidamente hacia la “construcción de un sistema de mercado moderno, en el que las empresas puedan concretar negocios de manera autónoma, en justa competencia, con la libre elección del consumidor, un consumo autónomo y el libre comercio de los bienes de producción y de consumo.

Esto parece un importante cambio de orientación. Pero el texto subraya al mismo tiempo que la economía de estado debe ser fortalecida. “Debemos consolidar y desarrollar firmemente las empresas públicas. Debemos perseverar en lo concerniente al papel dominante del sistema de propiedad pública y otorgar más espacio al papel de líder de las empresas públicas. Debemos reforzar continuamente su vitalidad, su control y su influencia”.

Debe ser igualmente acentuado el control macroeconómico. “Debemos completar el sistema de gestión macroeconómica, aplicar correcta y totalmente las funciones administrativas, optimizar su organización y las estructuras de gobierno, y mejorar la gestión científica”.

Finalmente, no se plantea la reducción de la influencia y del papel del partido. Por el contrario, la intención es “mejorar el fortalecimiento del partido, reforzar la centralización democrática y perfeccionar el liderazgo del partido”.

De modo que ¿de qué se trata? ¿Más mercado o más estado? ¿Más espacio para la economía en detrimento de la política o al contrario? El comunicado final plantea más preguntas que respuestas. ¿Cómo conjugar “más mercado” con “un reparto más equitativo del producto del desarrollo económico” o con el desarrollo de las provincias más pobres del interior del país? ¿Cómo poner de acuerdo todo esto con “la estimulación de la armonía social y la estabilidad”?

Plantear las preguntas correctas

Todo el problema reside en saber si el tema del Estado o del mercado es la pregunta correcta. ¿Están en contradicción el Estado y el mercado o son las líneas de demarcación – al menos en China –  más complicadas?

Habitualmente se asocia la planificación al socialismo y el mercado al capitalismo. Pero se trata de un malentendido. Las más importantes empresas capitalistas, por lo tanto las más exitosas, son economías estrictamente planificadas, de las cuales las más grandes superan las dimensiones de algunos países ricos como Finlandia y Dinamarca. A la inversa, el mercado no es lo mismo que capitalismo. El mercado existía desde hacía muchos siglos cuando apareció el capitalismo.

El capitalismo se apoderó por completo del mercado y lo remodeló. Lo convirtió en un mercado capitalista orientado a la maximización de los beneficios de las empresas privadas cuya envergadura ha crecido desmesuradamente con el correr del tiempo. Esta clase de mercado no es libre en modo alguno porque las relaciones de fuerzas no son equitativas y las reglas del juego se deciden a la carta, en función del más fuerte. Los países del norte, por ejemplo, protegen sus mercados agrícolas, algo que no puede permitirse los países del sur. Las grandes multinacionales escapan al funcionamiento del mercado por medio de las inversiones o de los mercados públicos (industria militar) pagando pocos o ningún impuesto.

El mercado ¿al servicio de quienes?

En China también se deja jugar libremente al mercado, pero en función de sus propios objetivos de desarrollo económico, y dentro de un estricto marco político. El mercado es apoyado o liquidado según lo que favorezca a China. El principio de competencia se pone en marcha – aún entre las empresas del Estado – para mejorar la eficiencia y separar el grano de la paja. Pero esa competencia es abolida tan pronto como ya no sea necesaria o útil, o cuando los objetivos políticos o sociales lo exigen.

Por ejemplo, el monopolio de la industria aeronáutica, que no era rentable fue abandonado en 1999. Diez años más tarde, cuando el sector volvió a ser rentable, se restableció el monopolio. Otro ejemplo es el del precio del petróleo: debido a consideraciones sociales y económicas, el precio del petróleo se halla muy por debajo del precio del mercado mundial. Esto es posible porque este sector, al igual que otros sectores estratégicos, están en manos de las autoridades. Globalmente el control de las autoridades sobre la economía ha aumentado en estos últimos diez años.

En China, el mercado está al servicio de las autoridades y no al revés, como en el sistema capitalista. El país puede permitírselo por dos razones. La primera es la escala del país. La economía china es lo suficientemente grande e interesante como para poder imponer sus exigencias a las multinacionales extranjeras que quiere invertir allí: transferencia de tecnologías, cuota mínima de directivos chinos, tratamiento de materiales chinos, etc. para mayor desilusión de los ejecutivos de estas multinacionales.

La segunda condición es la hegemonía del Partido Comunista chino. A través de una serie de mecanismos visibles y menos visibles, el Partido mantiene un control importante sobre la economía china. La nueva clase emergente de capitalistas tiene cierto peso económico, pero políticamente es débil o casi nulo. Parte de ella ha sido formada en las filas del Partido Comunista, pero representa más que una pequeñísima parte de los 80 millones de comunistas. Mientras su influencia se mantenga marginal, los intereses económicos del país seguirán estando sometidos a las prioridades sociales y políticas, y China podrá seguir manteniendo el timón en dirección hacia el socialismo.

Corrupción

Es a la luz de todo este panorama que se debe analizar la lucha contra la corrupción. La combinación producida por una rápida acumulación de capital y la falta de adaptación de las instituciones constituyen el terreno ideal para la existencia de toda clase de prácticas corruptas corrupciones y negocios podridos.

En la práctica, la corrupción engloba todos los casos de privatización de los intereses económicos (enriquecimiento personal) en contra de los objetivos y de las prioridades políticas. En otros términos, la corrupción mina el control político de la economía. Si no se le pone un freno, el Partido Comunista tarde o temprano será avasallado por la clase capitalista. Entonces pondrá en marcha, sin duda alguna, una “Perestroika con características chinas”.

En este sentido, la lucha contra la corrupción es un asunto de vida o muerte. Las autoridades actuales lo han comprendido desde hace bastante tiempo. Desde el comienzo de la presidencia de Xi Jinping, éste ha lanzado una campaña a gran escala contra esta lacra. Miembros del partido han sido expulsados hasta en los escalones más altos. El futuro dirá si estas campañas irán lo suficientemente lejos.

Perspectiva histórica

El comunicado final apela a la perspectiva histórica para considerar la relación entre el mercado y el Estado. China aún es un país en vías de desarrollo, lo que significa que “el desarrollo es todavía crucial para resolver todos los problemas de nuestro país” Es por tal razón por la que el país “se encuentra ahora y por mucho tiempo en la fase de preparación del socialismo”. Es por ello que el “progreso económico debe ser central” y que “las relaciones de producción deben ser adaptadas a los medios de producción”.

Hablando claro: durante esta larga fase de preparación del socialismo, China no puede ir más rápido que la música. Durante esta fase, es útil y necesario integrar los efectos dinamizadores de las fuerzas del mercado con el desarrollo económico del país. Se trata de una importante lección sacada de la debacle del Gran Salto en Adelante (1958-1961) y de la Revolución Cultural (1966-1976) Es por eso que, según el comunicado final, “el elemento central de la situación es un tratamiento correcto de la relación entre autoridades y mercado, para asegurar que el mercado juegue un papel decisivo en la asignación de los medios y asegure un mayor espacio al papel del gobierno”

No se trata, por lo tanto, de Estado o mercado sino de Estado y mercado. O, como ellos mismos dicen, “del socialismo con características chinas”.

Al ritmo chino

Después de los largos vagabundeos citados anteriormente, probablemente el lector se preguntará qué es lo que cambiará en la práctica en este terreno y si cambiara poco o mucho. Como se ha explicado, existe un gran desafío en lo relativo al paso de un crecimiento expansivo, basado en la exportación y las inversiones, a un crecimiento intensivo, basado en el consumo interno. Desde luego, no podemos deducir del comunicado que esto implica un cambio radical de la relación entre mercado y Estado. Si ocurren cambios – y los habrá ciertamente – serán en todo caso graduales, realizados con precaución y al ritmo de los acontecimientos chinos. Y no al ritmo de occidente.

2. Hukou

En China uno nace (y por lo tanto inscrito en el Registro civil) como “campesino” o como “ciudadano”. Sea cual sea el oficio que se ejerce. A un campesino adulto se le asigna una tierra y el derecho a la seguridad social, a los cuidados sanitarios y a la educación de sus hijos, pero únicamente en el lugar en que fue inscrito. Si se traslada a otro lugar de residencia, pierde su tierra y sus beneficios sociales.

Evitar el éxodo rural

Este sistema hukou fue establecido a finales de los años 50 para evitar un éxodo rural como el que se producía en todas partes en el tercer mundo. Se habla actualmente de 900 millones de campesinos chinos, más que toda la población del África negra. El sistema hukou es muy controvertido, pero ha dado sus frutos. Ciudades como Manila, Bombay, Lagos, Buenos Aires... albergan millones y millones de habitantes apilados los unos sobre los otros en condiciones inhumanas. No existen tales barrios de chabolas en China. Respecto a este tema, el Financial Times dice lo siguiente: “China ha sabido evitar la formación de tugurios, que constituyen una cicatriz en tantas ciudades de países en vías de desarrollo, gracias a un estricto sistema de autorización de residencia conocido bajo el nombre de hukou. Este sistema hace que sea difícil trasladarse del campo a la ciudad de forma permanente”.

Esto parece estar bien, pero la desventaja es que los “migrantes internos”, como se les denomina allí, gozan de muchos menos beneficios sociales en su lugar de trabajo que sus compañeros de trabajo con residencia permanente. No pueden comprar casas, ni coches, no tienen derecho a los cuidados sanitarios y no pueden enviar a sus hijos al colegio. Aunque ganan más que si se hubieran quedado "en casa", su salarios es mucho menos elevado que el de sus compañeros residentes urbanos. Lo mismo sucede con las condiciones laborales. La inseguridad profesional es a veces grande, y en muchos casos se dan directamente casos de discriminación.

Al principio, esto no concernía más que a los trabajadores temporeros, principalmente solteros, que se iban a trabajar algunos años a las ciudades para luego regresar a su lugar de origen. Pero con el correr del tiempo, muchos se quedaron en las ciudades de manera permanente. De modo que la cantidad de migrantes buena parte de ellos se han quedado de forma permanente. Entonces, el número de migrantes internos ha crecido hasta conformar un enorme grupo de unas 260 millones de personas. Lo que constituye una quinta parte de la población total, 30% de la población rural y el 40% de todos los chinos que viven en las ciudades. El sistema ha demostrado su eficacia, pero actualmente está en revisión. Porque el costo social es demasiado alto e impide el paso hacia otro modelo económico.

Un sistema en vías de reforma

El hecho de que un 40% de los habitantes de las ciudades dispongan de menos derechos y sean a menudo tratados como ciudadanos de segunda lleva tarde o temprano a serias tensiones y no puede ser sostenido a largo plazo. Pero aún hay más: el gobierno chino estima que hay 48 millones de niños que son dejados en el campo, porque uno o ambos padres trabajan en la ciudad. Esto representa una cuarta parte de los niños del campo. Lo que resulta poco armonioso para el “desarrollo armonioso” con el que quiere comprometerse el gobierno.

Para un modelo económico que quiere orientarse hacia un mayor consumo interno, el sistema hukou, en su forma actual, es un freno. A causa de esta de inseguridad, los migrantes internos ahorran menos que los ciudadanos que disponen de un hukou urbano. Los campesinos no pueden vender sus tierras porque no son propietarios de ella. Solo obtienen su usufructo. Si pudieran vender sus tierras, esto supondría un golpe muy duro para la economía. Además, decenas de millones de campesinos fueron expropiados en el pasado por el gobierno y demasiado poco indemnizados financieramente. Actualmente, un campesino gana tres veces menos que un ciudadano.

Se hace urgente una flexibilización del sistema y de ello se trata en el comunicado final: “Debemos […] reconocer mayores derechos de propiedad a los campesinos, tender hacia un equilibrio igualitario entre los medios de producción urbanos y agrícolas, tender hacia una distribución equilibrada de los medios de las autoridades locales, y un sistema más eficaz para el desarrollo de las ciudades”.

Nada de cambios radicales

Pero tampoco hay que esperar cambios radicales en esta materia. Un abandono del sistema hukou provocaría un flujo acelerado hacia las ciudades y por lo tanto un éxodo rural sin precedentes con consecuencias catastróficas. No hay que olvidar que se trata aquí de una población superior al conjunto de la población europea.

Hay esperar un abandono gradual del sistema. Según el Primer ministro Li Keqiang : “Se trata de un proceso complejo de cambio económico y social, que exige un nuevo enfoque político, centrado en el desarrollo equilibrado. Habrá numerosos problemas, pero que tenemos que abordarlo para reducir el foso entre las ciudades y el campo.”

En estos últimos años se han llevado a cabo numerosas experiencias en la materia. En algunas provincias, ya no existen diferencias entre el hukou urbano y el rural. En algunas grandes ciudades, los migrantes internos también pueden gozar de los cuidados sanitarios y de la enseñanza primaria y secundaria. En algunas regiones, los campesinos pueden hipotecar su tierra para obtener un préstamo. En algunas ciudades, los campesinos pueden vender sus casas a ciudadanos del mismo distrito, etc. Son experiencias que con toda seguridad se harán extensivas a lo largo de los próximos años.

A modo de conclusión

Muchos comentaristas occidentales se han visto decepcionados por las conclusiones de este tercer pleno. Esperaban mucho más de él. En realidad, esto resulta much más revelador de su agenda y de sus deseos que de lo que es bueno y útil para China. En el pasado, los chinos siempre siguieron su propio camino y – felizmente – no han tenido mucho en cuenta los consejos y las recomendaciones de Occidente. Esto no cambiará en el futuro, muy a pesar de los que lo desean.